¿No te gusta tu sonrisa? ¿Tienes los dientes mal alineados o apiñados? ¿Sientes que no muerdes o masticas correctamente? Estas son algunas de las preocupaciones bucodentales más frecuentes de nuestros pacientes. Por suerte, una ortodoncia te ofrece la solución definitiva a estos problemas, ya sea por motivos estéticos o funcionales.
Existen distintos tipos de ortodoncia, pero el tratamiento más común, tanto para niños y adolescentes como adultos, son los brackets, y en especial, los brackets metálicos.
Los brackets metálicos o convencionales han sido y siguen siendo el tipo de ortodoncia más utilizado gracias a su gran versatilidad y numerosas ventajas. A pesar de ser el tratamiento clásico, se ha ido modificando y mejorando con el paso del tiempo, tratando de solventar algunas de sus principales desventajas. Atrás quedó su rudimentaria estructura con brackets grandes y el exceso de fricción con el arco metálico.
Los brackets están construidos con acero inoxidable de uso médico, para evitar la aparición de alergias. En caso de alergia al níquel, se puede optar por brackets de titanio u otros tipos de ortodoncia igualmente efectivos. Su función es mover progresivamente los dientes hasta colocarlos en una posición correcta a nivel funcional y estético, con el objetivo de asegurar una mordida apropiada, así como facilitar el mantenimiento de la higiene bucodental y conseguir tu sonrisa perfecta.
Para entender su funcionamiento tenemos que hablar de las partes que forman esta ortodoncia:
Lo primero, como en cualquier otro tratamiento bucodental, es llevar a cabo una exhaustiva evaluación para diseñar la ortodoncia perfecta para cada paciente. Para ello, hacemos uso de la mejor y más avanzada tecnología, mediante la cual obtenemos imágenes de gran calidad de la estructura oral de nuestros pacientes.
Una vez diseñado el plan de tratamiento, se procede a realizar una profilaxis dental, es decir, una profunda limpieza para eliminar el sarro o la placa. A continuación, se prepara la superficie del diente con el grabado ácido, que crea una zona microporosa para que el bracket se adhiera mejor. Después de limpiar el ácido, se pone el adhesivo sobre el diente, el composite sobre el bracket y ya podemos colocar el bracket en el diente.
Por último, se limpian los restos de composite, para asegurar un acabado limpio y pulido, y se polimeriza el composite aplicando una luz especial.
Existen dos maneras de colocar los brackets: directa o indirectamente.
Existen ciertos mitos alrededor de los brackets metálicos, especialmente debido a su estructura pasada. Hay quienes aseguran que no podrás comer alimentos sólidos, que siempre estarás incómodo y que hasta te dificultará el hablar con normalidad. Pero nada más lejos de la realidad.
También preocupa mucho a nuestros pacientes el sentir dolor con la colocación de los brackets y a lo largo del tratamiento. Sin embargo, la colocación no duele, pues no se perfora el diente ni se realiza nada invasivo. Tanto tras la primera colocación como tras los ajustes posteriores que el dentista irá haciendo, puedes notar molestias los dos o tres primeros días. Esto es normal, ya que, mes a mes, se refuerza la presión que ejerce el arco metálico para ir moviendo los dientes.
También se aconseja no consumir alimentos muy duros ni forzar la mordida durante esos primeros días, ya que la dentadura tendrá mayor sensibilidad. Una vez desaparezcan esas molestias iniciales, podrás comer y beber con total normalidad, aunque aumentando la precaución cuando se trate de alimentos duros o pegajosos.
Como en cualquier otro tratamiento, la duración dependerá del nivel de complejidad de cada caso. Es mucho más rápido corregir problemas de alineamiento o apiñamiento de dientes que problemas de oclusión o mordida.
Cuando sólo es necesario alinear, el tratamiento suele finalizar a los 12 meses. En cambio, si hay que corregir la mordida, suele alargarse hasta los 18 o 24 meses.
Una de las principales ventajas de los brackets metálicos y la razón por la que son la ortodoncia más utilizada es su precio, pues es el tratamiento más económico y resistente a día de hoy.
En Centro Premoden ofrecemos varias opciones para que todos los pacientes puedan permitirse el tratamiento y los cuidados que necesiten para mejorar su salud bucodental.
Si tienes los dientes más alineados o problemas con la mordida, no dudes en contactar con nosotros. Estaremos encantados de atenderte y ofrecerte una solución definitiva a tus problemas.
En Centro Premoden contamos con amplia experiencia en la colocación de brackets metálicos. Si estás buscando tu dentista en Madrid, contáctanos llamando al 91 450 71 18. ¡También estamos en Ávila! Llámanos al 91 831 69 27.
Licenciado por la universidad Alfonso X el sabio de Madrid, el Doctor se especializó en Cirugía Oral Avanzada e Implantología, entre otras disciplinas que detallamos a continuación
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